ENTRADA OBLIGATORIA 3.- EN 100 AÑOS.

La juventud se ha vuelto un bien escaso y preciado. Dave fue el último ser humano en nacer hace ya 28 años en Canadá y, desde entonces, ninguna mujer ha sido capaz de quedarse embarazada. Se probó todo lo que existía hasta la época, y se inventaron nuevos avances médicos y científicos, pero nada sirvió. Parece ser que la especie humana está condenada a la extinción. Muchos echaron la culpa de esta epidemia de infertilidad a esa nube gris que dominaba el cielo de todo el planeta y que no dejaba pasar los rayos de sol y daba a todo un tono gris y oscuro muy apocalíptico. Era una nube gris que nada tenía que ver con esas “boinas” que se colocaban antiguamente encima de las ciudades. Era una capa densa, oscura y asquerosa, provocada por la contaminación de una sociedad sin rumbo ni conciencia social durante demasiado tiempo como para tener solución ahora. Esa masa gris era el resultado de una sociedad que sólo supo comprar, usar, tirar y volver a comprar. Una sociedad en la que la comodidad propia dominó sobre la comodidad común, en el que sólo importaba el presente y el futuro era problema de los que viniesen después. A fin de cuentas, una sociedad con valores contaminados que desembocó en una vida dominada por la contaminación. A pesar de que se conocía el problema y múltiples soluciones para él, nadie las quiso llevar a cabo. Se firmaron pactos y tratados para controlar la emisiones de gases contaminantes, pero nadie los cumplía y el bueno era el que más cerca se quedaba de lo pactado. Importó más la economía que la salud, y ahora ya no hay ni economía ni salud.